Virgen de Schoenstatt MUSICAS PARA EL ALMA


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Reflexiones
Padre Nicolás Schwizer Nº 19 – 15 de septiembre de 2007

La nueva presencia del Padre Fundador

1. Hacerle presente al Padre Fundador. ¿Qué espera el Fundador de los miembros de su Familia de Schoenstatt? Me parece que él quiere que nosotros lo hagamos presente en el mundo de hoy. Quiere que cada uno de nosotros lo prolongue a él, a su obra y su carisma. Esto tiene que ver con su canonización. La Iglesia, al canonizar a una persona, confirma que vivió una vida santa y que por eso es un modelo para todo cristiano. Pero no sólo canoniza a la persona, sino también lo que la persona hizo, proclama la validez de su obra.

Por eso la Iglesia, al canonizar al Padre Kentenich, debería poder canonizar también a su Familia santa. Es decir este hombre es tan santo que hay miles de personas que se han santificado a causa de él. De allí que nuestro anhelo y esfuerzo por la santidad es un testimonio para su canonización.

Un Obispo alemán dijo en el entierro del Fundador: “Uds. son la carta de presentación del Padre Kentenich”. Que el párroco diga: Estos schoenstattianos son los que mejor trabajan. Que el Obispo diga: Con este movimiento se puede contar siempre. Y que nuestros amigos o compañeros digan: Qué cambiada está esta persona o esta pareja desde que entró a Schoenstatt.

2. Responsables de su obra. Creemos que a través de él, Dios ha querido dar una respuesta a los desafíos de nuestro tiempo. Como Familia de Schoenstatt hemos de asumir esta respuesta en nosotros mismos y entregársela como un servicio a la Iglesia y el mundo. Hemos de ser prolongadores del carisma de nuestro Padre.

2.1 Corazón de la Iglesia. ¿Cuál es el mensaje del P. Kentenich y de nosotros para la Iglesia?
Las palabras “Dilexit Ecclesiam” - Amó a la Iglesia- grabadas en su tumba expresan claramente la gran preocupación de su vida: regalarle a la Iglesia un gran movimiento de renovación mundial.

A la vuelta del exilio de Milwaukee, dijo a la Familia reunida: “Creemos que tenemos la vocación de ser corazón de la Iglesia. ¿Qué significa ser corazón? Significa ser el poder de amor, una fuerza que conquiste a la Iglesia, que llene la Iglesia con el heroísmo del amor. Ser poder de amor, esta es nuestra misión”.

Por eso, el Padre siente la necesidad y la responsabilidad por renovar la Iglesia, para que pueda ser alma del mundo. Y Schoenstatt con la tarea de ser María en la Iglesia, de ser corazón de esa Iglesia renovada. Por eso nos dio la misión de poner en práctica la Iglesia del Concilio.

Ahora, ¿qué podemos hacer para cumplir con el encargo del P. Fundador? Si queremos ayudar a forjar esa Iglesia del mañana, Schoenstatt debe ser una anticipación de la Iglesia renovada, de la Iglesia del Concilio. Así como el Padre lo hizo, debemos dedicarnos a construir Schoenstatt, así trabajamos por la Iglesia del futuro.

La otra forma de ayudar a renovar la Iglesia es insertarnos activamente en los organismos pastorales de la Iglesia. En las parroquias y la pastoral con un gran espíritu de servicio. Creo que todos nos damos cuenta de los regalos que recibimos de Schoenstatt y que no son para guardarlos, sino para transmitirlos a otros, para enriquecer a toda la Iglesia. El día de mañana, en toda la Iglesia ha de notarse algo de nuestro carisma schoens¬tattiano.

2.2 Alma del mundo. Schoenstatt debe ser corazón de la Iglesia y además debe ser alma del mundo. El Padre nos llama a transformar el mundo. Si queremos hacerle presente al Padre, no podemos quedarnos tranquilos en nuestra casa, vivir allí nuestro cielo. Tenemos que luchar para que nuestra tierra llegue a ser un trozo de cielo, una colonia del cielo.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cambié en algo con Schoenstatt?
2. ¿Cómo trabajo para la iglesia del futuro?
3. ¿Cuál es mi apostolado actual?

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