Virgen de Schoenstatt MUSICAS PARA EL ALMA


Radio Tupâsy Rapére haciéndote compañía. Transmitiendo desde Ciudad del Este-Paraguay...

English seorimícuaro French cartas de amistad German documental Spain cartas de presentación Italian xo Dutch películas un link Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Reflexiones
Padre Nicolás Schwizer N° 14 – 01 de julio de 2007

El Santuario del Hogar

Primero muchos tienen una imagen de la Mater. Es lo que llamamos Rincón schoenstattiano. Después de la Alianza de amor van construyendo y conquistando de a poquito su Santuario Hogar. Algunos se apuran. Sienten la necesidad imperiosa de la Mater en su casa; otros se toman más tiempo. Pero cada familia auténticamente schoenstattiana verá tarde o temprano que no pueda seguir adelante sin tener a la Mater en el centro de su hogar.

El P. Fundador intuye una estrategia divina detrás de ello. Tal como el cristianismo original surgió en las familias, así también la renovación del mundo debe partir de los hogares. En ese círculo pequeño e íntimo la Mater quiere realizar su misión, al renovar la familia y educar hombres nuevos para el mundo de mañana. Y entorno a esas familias renovadas se van nucleando otras familias que experimentan el influjo del SH. Así, nuestros hogares obrarán como imán: atraerán a otros y así se ampliará el círculo más y más. Y concluye: “La renovación de nuestra familia, sobre todo la que se realiza a través del esfuerzo serio por el Santuario Hogar, parece ser un camino excelente para construir un mundo nuevo, un mundo totalmente nuevo en el que María pueda actuar como lo hizo en casa de Zacarías o en las bodas de Caná”.

Santuario abierto, apostólico. Si llegan nuestros parientes y vecinos a la casa y se acercan con fe al Santuario Hogar, entonces se convierte también para ellos en lugar de gracias. El Padre nos invita, por eso, a abrir nuestro Santuario, a ofrecerlo a nuestros hermanos necesitados. Cuando un pobre golpea a nuestra puerta y nos pide algo de comer, nadie de nosotros va a rechazarlo. Y lo mismo hemos de hacer cuando alguien busca ayuda espiritual. Y lo mejor que podemos regalarle es ponerlo en contacto con la Madre y Reina de la casa.

La Virgen misma parece estar ansiosa de encontrarse con todos sus hijos. Por eso quiere que se hagan más y más Santuarios Hogares. Y si la gente no llega a sus Santuarios, Ella toma la iniciativa, sale y los va buscando.

Pienso que la Campaña del Rosario es un ejemplo de ello. La Mater se hace Peregrina para visitar a todos sus hijos, regalarles sus gracias y obrar milagros en sus hogares. Por eso nos pide abrir nuestros Santuarios al mundo. Nos pide invitar a la gente que entre para que pueda experimentar lo que nosotros estamos viviendo.

Es verdad que nuestro primer apostolado debe ser la propia familia. Pero no debemos ser egoístas. La Mater también quiere enviarnos desde sus Santuarios y para ello nos ofrece la gracia de la fecundidad apostólica. Ella quiere utilizarnos como instrumentos, para que todas las familias de nuestro barrio, de nuestra ciudad y de nuestra patria se conviertan en familias de Nazareth. Tal como reina y educa en nuestras familias schoenstattianas, así quiere actuar también en las demás familias.

Ella pretende, a través nuestro, transformar el país en una Nación de Dios, donde Cristo es la cabeza y Ella el corazón. Y entonces, qué mejor obra apostólica podríamos realizar que llevar a todos nuestros hermanos hacia Ella. Y así la Mater puede cumplir su misión también con ellos y regalarles sus gracias y dones.

Si miramos las cosas en este contexto, nos damos cuenta de que nuestro Santuario Hogar es un regalo inmensamente grande. No podremos nunca agradecer lo suficiente por ello. Pero, por lo mismo, es también un desafío muy grande: no podemos defraudar a la Mater, tenemos que ponernos dócilmente a su disposición para sus grandes planes de conquista. Y, sobre todo, tenemos que tomar en serio nuestro Santuario Hogar, creer en la presencia de María en medio de nuestra casa, confiar firmemente en su poder de Madre y Educadora y entregarnos a Ella con un corazón filial.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Mostramos a nuestras visitas nuestro SH?
2. ¿Tengo momentos de oración en el SH?
3. ¿Si aún no lo tengo, qué estoy esperando?

Si desea suscribirse, comentar el texto o dar su testimonio, escriba a: pn.reflexiones@gmail.com